MANUEL BARRUECO
6 DE JUNIO DE 2009-AUDITORIO NACIONAL; MADRID
Desgraciadamente, parece que el Primer Festival de Guitarra de Madrid no está obteniendo el seguimiento esperado por parte del público. La reducida cantidad de entradas vendidas ha obligado a la organización a cancelar muchos de los conciertos programados. Parece que la crisis económica, tan nombrada en los últimos tiempos, también ha llegado al mundo de la música. Ni si quiera el impresionante cartel que proponía este I Festival de la Guitarra, con artistas de primera línea del panorama internacional, ha logrado atraer a un gran número de espectadores.Uno de los pocos conciertos que se ha mantenido en programa es el del gran guitarrista clásico Manuel Barrueco en el Auditorio Nacional. Si bien este género no tiene una relación directa con el mundo del rock, continuamos con nuestra decisión de cubrir todos los conciertos de este Primer Festival de Guitarra de Madrid, a pesar de la cancelación de la mayor parte del cartel. Por una parte, porque como ya hemos comentado anteriormente, la guitarra es un instrumento inevitablemente unido al rock, y por otra, porque en ocasiones no hace daño acostumbrar el oído a otras sonoridades.
El pasado día 6 la sala de cámara del Auditorio reflejaba a la perfección la dinámica que hemos venido encontrando en los conciertos de este festival. Las escasas 100 personas que acudieron a la cita apenas llenaban la cuarta parte de la sala. El concierto comenzó con una extraordinaria puntualidad. A las diez y media en punto el gran guitarrista cubano apareció en el escenario y sin ninguna presentación previa comenzó con las seis piezas para laúd del Renacimiento, transcritas por Oscar Chilesotti. La enorme técnica y la musicalidad de Barrueco se reflejaron en una interpretación formidable engalanada con incontable matices.
La melodía dulce y calma de la “Canción sin Palabras” Op. 19, nº 6 (transcrita por Tarrega), o la popular “Canzonetta”, ambas de Mendelssohn, llegaron a continuación para estremecer a un público maravillado ante la maestría y el dominio de este gran guitarrista cubano. La archiconocida “Chaconna” de J. S. Bach, que el maestro Segovia interpretará por primera vez a la guitarra allá por 1935, puso el broche antes de llegar a un breve descanso de apenas 10 minutos.Un vistazo rápido al programa bastaba para ver que la segunda parte iba a tener un marcado tinte ibérico, con obras de Malats, Tarrega y Albéniz. Barrueco demostró por que su nombre suena entre los grandes con una ejecución impecable y un sonido sobresaliente. Uno de los momentos memorables de la noche fue el “Capricho árabe” de Tarrega, en el que Barrueco desplegó todo su arte.
En los bises, este gran guitarrista de Santiago de Cuba nos deleitó con dos pequeñas joyas de su tierra natal. Dos danzas cubanas que presentó escuetamente, “La comparsa” de Ernesto Lecuona y “Los tres golpes” de Ignacio Cervantes.
En definitiva, un gran concierto de un guitarrista de una enorme técnica y una musicalidad aún mayor. Esperemos que la próxima vez que el señor Barrueco se deje caer por aquí se congregue una mayor audiencia a disfrutar de su magia y recibirle como se merece.
Texto:Gorka Rubiales.
Fotos: Cedidas por http://www.guitarramadrid.net/