Hellfest 2019 (2º parte)

Sábado 22 de Junio
Tras un viernes intenso como pocos el cartel del sábado nos daba pie a una jornada más tranquila en lo musical, cosa que no afectó a la concurrencia del festival y sin duda fue el día mas masivo, pero una vez más esa gran afluencia no afectó para nada en el disfrute de las bandas y en el resto de servicios que el festival ofrece, dada su gran organización.
Así tras la gran paliza del día anterior comenzábamos nuestras andanzas a media tarde con Carach Angren, los holandeses se han convertido en los últimos años en una de las grandes sensaciones del black metal sinfónico y no decepcionaron para nada con una puesta en escena sencillamente espectacular que hizo que los allí presentes disfrutasen de lo lindo de la propuesta de esta banda de retorcidas, oscuras y complejas melodías. Tras ellos decidimos seguir en sonidos oscuros con Moonspell y es que los de Lisboa son unos auténticos maestros en lo suyo, con un Fernando Ribeiroespectacular en las voces disfrutamos de lo lindo recordando temazos como Opium o Alma Mater en un excelente recital. Era el turno de dejarse llevar por los sonidos industriales y maquinales de Combichrist, los cuales petarón literalmente la carpa del Temple en la que no cabía  un alfiler, y es que estos sonidos están nuevamente de moda y para ser francos la verdad que en directo también lo petarón con su particular puesta en escena con 2 baterías y demás, donde el publico lo pasó de lo lindo con Andy Pleguea, el loco frontman de la banda que no paró moverse e interactuar en ningún momento, Combichrist dieron un punto diferente pero no por ello menos atractivo al ilustre festival francés.
Dream Theater no es grupo que se prodigue en festivales y es que, como bien saben sus fans, no es en estos espacios donde el grupo logra mostrar todo su potencial. Y esta vez Hellfest no fue una excepción. El grupo salió a escena con una presentación muy sobría, tanto que no tenían ni telón de fondo. El grupo dividió el setlist a partes iguales entre temas de su, más que decente, último disco (para un servidor el mejor de la era Mangini) y clásicos básicos de los 90 que hacían las delicias de grandes y pequeños. Los fans del grupo nos lo pasamos bien porque las canciones son muy buenas y gusta verles en directo demostrando sus habilidades técnicas, pero los conciertos se quedan un poco estáticos y fríos en mi opinión. Esperaremos a su gira en recintos cerrados para quitarnos la espinita.
El bueno de Dave Coverdale ya esta para pocos trotes, pero es otro de estos incombustibles que estará sobre un escenario hasta el final de sus días. Este año en Hellfest no tuvo el mejor de sus días vocalmente aunque se le vió bastante activo en el escenario. Varios solos de guitarra le hicieron descansar la voz aunque luego entre canciones se empeñase en lanzar grititos queriendo demostrar que el que tuvo retuvo (para mi innecesario). Temazos clásicos como Is this love? o Here I go again hicieron las delicias del público asistente, que tuvo la oportunidad de cantarlas prácticamente enteras…
Con Dark Tranquillity empezaban los clásicos de la noche y sin duda en esta ocasión y por extraño que parezca los suecos no tuvieron su día y no por falta de actitud o cosas raras, sino porque gozaron de un sonido pésimo que deslució por completo su actuación, una pena. Tras un merecido descanso para reponer fuerzas fuimos a ver a Cradle Of Filth, una banda que atraviesa ahora por horas bajas comparado con la popularidad que tuvieron a finales de los 90 y principios de los 2000 y por eso probablemente Dani Filth ha decidido ofrecer un setlist basado principalmente en sus primeros clásicos y la verdad que la cosa funcionó a la perfección, nos sorprendió gratamente y es que cuando lo que tienes que ofrecer ya no interesa siempre es bueno volver la vista atrás a tus grandes temas, la banda sonó realmente bien y el diminuto vocalista nos dio una lección de como dominar registros, gran concierto.
Parece que Kiss con sus plataformas, elevadores, tirolinas, llamaradas y fuegos artificiales no tiene tantos requisitos técnicos como Manowar con un escenario de cartón-piedra, en fin… Esta es la idea que se le queda a uno después de ver el espectáculo de Kiss teniendo aun en mente la cancelación de sus conciudadanos el día anterior. Porque Kiss a día de hoy lo que ofrecen es eso, un espectáculo circense al alcance de pocos grupos. Mucho artificio y un buen puñado de temazos (sí, son temazos de rock) que hacen que el público pase un buen rato. Canciones muy coreables para pasárselo bien. Recomiendo ir con la mente abierta, ya que paran bastante entre canciones, dan varios discursos…pero bueno, es lo que hay si se quiere seguir en el escenario rondando los 70. Hay que creérselo muy mucho para seguir subiéndose pintando y disfrazado al escenario pudiendo estar en la piscina de tu mansión viviendo del innumerable merchandising. Muy profesionales.
Para finalizar el sábado teníamos a otra super banda de death metal, nos referimos nada más y nada menos que a Bloodbath, los cuales nos dieron un lección de brutalidad en toda regla, sonando con ese característico sonido sueco de death metal de la vieja escuelas y donde Nick Holmes se volvió a mostrar intratable a las voces, pese a las críticas infundadas que levantó su fichaje por la formación hace unos años y es que el bueno de Nick cada día lo hace mejor en Bloodbath y así clásicos como Eaten o Breeding Death eran interpretados magistralmente junto con los temas de nuevo cuño como Le The Stillborn Come To Me o cañonazos como Chainsaw Lullaby. En definiva, gran concierto que nos ofrecieron Bloodbath siendo sin duda lo mejor de esa jornada en cuanto a sonoridades extremas.
Domingo 23 de Junio
Empezábamos el último día del festival a todo tren, un día duro, que nos tocaría repartirnos continuamente entre los mainstage y las carpas ya que era el día dedicado al thrash metal en los escenarios principales y así sin pérdida nos dirigimos a primera hora del mediodía a contemplar como los gamberros de Municipal Waste pusieron patas arriba el escenario y arrasaron con todo sin piedad alguna, los circle pits fueron la respuesta continua del público antes tan incendiario show. Revocation serían los siguientes en dar una lección de como el death metal técnico puede dejar de ser aburrido y Dave Davidson y los suyos demostraron el porqué son una de las mejores bandas del género tanto en disco como en directo.
Era el turno para contemplar el buen hacer de otra leyenda del thrash metal como son Death Angel, que venían a Hellfest presentando ese cañón que es Humanicide, su último disco y como era de esperar no defraudaron para nada, sonidaco gordo el que tuvieron y lección de clase que nos dió la banda de San Francisco con temazos como The Dreams Call For Blood o clásicos del nivel de Voracious Souls. Tras reponer fuerzas nos dirigimos a ver la vuelta de unos pesos pesados del death metal sueco, Vomitory están de vuelta tras más de media década separados y aunque no tienen intención de sacar nuevo material siempre es un lujazo dejarse arrastrar por el buen hacer de los suecos, que aunque tuvieron algún pequeño problemilla técnico con la guitarra y tuvieron que recortar una canción dieron un show verdaderamente competente de death metal de la vieja escuela.
Volvíamos al escenario principal para ver a Testament, aún teníamos en el recuerdo el tedioso show que nos ofrecieron hace poco más de un año en Madrid pero esta vez Chuck Billy, que por cierto era su cumpleaños, y los suyos se dejaron de tonterías y nos volaron la cabeza a base de misiles del calibre de Practique What your Preach, Into The Pit, Over The Wall o Disciples of The Watch, un setlist hecho para ganar y vaya que si lo consiguieron.
Tras la brutal descarga de Testament era la hora de contemplar otra brutal descarga pero esta vez de death metal y es que ver a Immolation en vivo es una de las mejores experiencias que un fan del género puede tener, es algo orgásmico el contemplar las poderosas presentaciones de los de Nueva York, con un Ross Dolan imponente a la voz y con el gran Robert Vigna y sus espectaculares movimientos de guitarra, nos dieron uno de los mejores shows del día, absolutamente magistrales y es que hoy en día muy pocas bandas del estilo pueden superarlos en vivo. Tras Immolation era el turno de ver a otra de las banda más ilustres que ha dado la ciudad de Nueva York, que no eran otros que Anthrax, aunque esta vez no tuvieron su mejor actuación, la banda sonó bien y compacta pero ese no fue el día del vocalista Joe Belladona el cual no estuvo al nivel que nos había acostumbrado en los últimos tiempos, eso y un setlist que llevan repitiendo más de tres años sin apenas novedades hizo que su actuación pasase sin pena ni gloria.
Cosa que no fue el caso de Vltimas, el super grupo formado por Dave Vincent (ex-Morbid Angel), Flo Munier (Cryptopsy) y Rune Eriksen (e-Mayhem) dio una soberana demostración de poderío, elegancia y brutalidad, especialmente Dave Vincent que nos dejó boquiabiertos con el dominio vocal que exhibió, prácticamente interpretaron íntegramente su genial debut Something Wicked Marches In y tuvieron la cortesía de regalarnos una especial versión del tema homónimo de Black Sabbath, una excelente presentación de una banda que sólo había dado un concierto con anterioridad.
Antes de Slayer, el plato fuerte de la noche, tuvimos tiempo para contemplar gran parte de la actuación de otros veteranos del death metal como son Cannibal Corpse que castigaron de lo lindo nuestras cervicales con temazos como Evisceration Plague, Scourge of Iron o esa brutalidad que es Devoured by Vermin. Pero era el tiempo de Slayer y tuvimos que dejar un gran show a medias para poder llegar sin problemas al escenario principal y coger buen sitio para contemplar la despedida de Slayer en Francia. Con un imponente montaje, que dejaba claro que Manowar no tocaron en Hellfest porque no les dio la real gana, Slayer se presentaba por última vez ante el público francés que abarrotaba por completo el escenario principal y así entre llamaradas constantes fueron cayendo temazos de la talla de Repentless, World Painted Blood, Hate Worlwide o Disciple en una primera parte del show dedicada fundamentalmente a la época más “moderna” de la banda para a mitad del concierto empezar a desatar todo el poderío del material clásico de Slayer con temas como Hell Awaits, South Of Heaven, Raining Blood, Black Magic, Dead Skin Mask y Angel Of Death que fueron sonando como un martillo pilón en la noche de Clisson y desataron la locura entre todos los asistentes que quedaron aplastados por la maquinaria de Slayer que fueron despedidos con honores de guerra de suelo francés.
Mientras el festival se iba vaciando todavía hicimos un último esfuerzo y conseguimos llegar para presenciar gran parte del show que Deicide tenía reservado para Hellfest y con un Glen Benton que sonó más bestia que nunca lo pasamos pipa recordando clasicazos del death metal como Once Upon The Cross, Homage For Satan, When Satan Rules His World o Sacrifical Suicide para poner punto final por todo lo alto un año más a otra edición del festival más grande del mundo de heavy metal.      

Fotos y letras: Dani, Txiki y Santxez