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Tras años sin pisar Euskadi, Lizzy Borden volvían a
visitarnos presentando una gira denominada “30 Years Of American Metal” por
toda Europa celebrando su aniversario, con una parada en la Sala Doka de
Donostia. Venían a llenar de ilusión el motor de nuestros corazones, a
demostrar que con el paso del tiempo han mejorado como el buen vino, y todo
ello en una tarde otoñal de sábado.
La noche prometía heavy metal por todos los costados, y así
la presencia de Blast Wave para abrir el show, no venía sino para añadir un
toque de atención al evento. Directos, sin bajar ni un ápice de intensidad en
los temas engarzados dentro de sus alrededor de 45 minutos de actuación.
Elevaron los momentos más brillantes con temas de su propia cosecha como
“Nothing Without Me”, “Blast Wake” o “Letters From Hell”, dejaron claro su
nivel de intensidad. Como andadura final, dieron cabida al tributo haciendo
honores a sus admirados Manowar para versionear “Hail And Kill” como parcial
cierre.
Lizzy Borden fueron la conclusión a una noche repleta de
buenas sensaciones, y de buen nivel interpretativo. Los americanos no
defraudaron. En un reducido escenario la solución al problema fue colocar una
plataforma en el centro vertical para que tuvieran más amplitud y poderse mover
con más solvencia.
En esta nueva gira ni aparecen chicas explosivas ni
pirotecnia ni pelos cardados como he comentado anteriormente entre otras cosas.
La puesta en escena es sencilla. Una lona a cada lado del escenario con el logo
de la banda y alguna calavera sobre las pantallas. La banda de Los Angeles son
una banda ilusionada, motivada y dispuesta a darlo todo en escena,
perfectamente liderados por Mr Lizzy Borden, al que el paso de los años no ha
mermado facultados, ni entrega ni muchos menos ganas de agradar a sus
seguidores.
En lo que a la actuación se refiere cabe destacar que el
componente emocional jugó su papel importante en el discurrir del mismo. Sólo
hizo falta observar la reacción del público ante los primeros acordes de
“Master Of Disguise”, donde Lizzy apareció con una mascara de tres caras, para
darte cuenta que nada podría salir mal, seguida de “Notorious”, un tema
elegante a base de sensuales guitarreos por parte de Ira Black y sobre todo
buen Metal.
La descarga seguía con la inevitable “Roll Over And Play
Dead” o “Rod Of Iron”, un guiño a su álbum “Love You To Pieces”, donde Lizzy
juega entre sus manos con una calavera que acaricia con entusiasmo. A partir de
aquí los cimientos de la Doka empezaron a temblar con “Eyes Of A Stranger”, muy
emocionante. Con “Tomorrow Never Comes” y con “Long Live Rock ´N Roll” el éxito
estaba asegurado. Muy honestamente aprovecharon la ocasión para rendir homenaje
a quien les habían influenciado musicalmente, Rainbow.
La anécdota más curios de la noche ocurrióa durante “There
Will Be Blood Tonight” cuando aparecia sobre el escenario Lizzy y su ayudante
con un bote de sangre, y untaba de sangre a todo aquel que se acercaba. Para
seguir nada más y nada menos que “Me Against The World”, que fue una
demostración genial de Joey Scott a la batería e Ira Black a la guitarra,
dándole paso a “American Metal”, en la cual Lizzy apareció ataviado con la
bandera estadounidense.
El bis comenzó con la emotiva “Red Rum”, la famosa cover de
Steppenwolf “Born To Be Wild”, para finalizar el show con la excelente “Give
´Em The Axe”. Como no puede ser de otra manera, todo el concierto gira en torno
a la figura de Lizzy Borden, muy entregado en su papel, en gran forma física y
vocal. Se sabe poseedor de un carisma muy especial y sigue desarrollándolo perfectamente
en escena. Esperemos no tarden tanto para la siguiente visita .
FOTOS Y TEXTO: Dani Diez