UNA NOCHE DE THRASH OLD SCHOOL DE MARTES
Tras semanas y semanas viendo por las paredes de bares y calles de Bilbao o por las redes sociales el cartel del concierto, por fin llegaba el día y arrancaba la gira conjunta de dos de las principales bandas del Bay Area Thrash Metal. Me refiero a dos fieras como son EXODUS y TESTAMENT, que han defendido a muerte el Thrash Metal durante más de 30 años por todo el globo. Para completar la velada UNEARTH.
A las 7 en punto se abrieron las puertas de la Sala Santana 27 y el respetable público que hacía cola fue accediendo al recinto para ir pillando posiciones para la primera descarga de la tarde, desde Massachussetts con su metalcore UNEARTH. Rompieron el hielo y comenzaron a rodar cabezas con “Giles” de su álbum “III: In The Eyes Of Fire”. El público recibió el impacto sonoro algo frío, aunque con el paso de los minutos empezaron los empujones. Debido al poco tiempo que disponían (escasa media hora), desplegaron sus armas sobre el tablado de Santana que todavía presentaba una entrada algo pobre, algo normal para ser un martes y las 7,30 de la tarde. Algo poco común. Desde luego, con el paso del tiempo se fue poblando de gente Old School que venían con hambre de buen ruido. Tocaron “Watch It Burn”, “Guards Of Contagian” o “The Great Dividers” con la que rápidamente y casi sin despedirse nos decían adiós.
Apenas un cuarto de hora de espera, la peculiar “Black 13” de EXODUS, comenzaba a sonar entre aplausos y vítores del hambriento público. A partir de aquí todo fue un derroche de locura y desenfreno. “Blood In, Blood Out” arrancaba los primeros Walk Of Death. Fue una pasada la entrega de los músicos y por supuesto la respuesta del respetable. Es curiosa la humildad de Mr Steve Souza que horas antes de abrir puertas charlaba y se sacaba fotos con cualquiera que se acercaba a el, sin perder nunca la sonrisa. Un gran tipo.
De sobra es conocida la experiencia de EXODUS debido a su larga trayectoria, todos músicos excepcionales. Sobre las tablas tienen pocos rivales, saben desenvolverse sin problemas y enganchar a la gente que anonadados les observan en temas como “Children Of A Worthless God”, “Piranha” o “Salt The Wound”.
EXODUS es la mítica banda con la que hemos crecido muchos de nosotros, te impresionan y atraen los riffs de guitarra, dobles bombos atronadores y la rasgada voz de Souza. Con la sala hirviendo “Body Harvest” o la siempre triunfadora “Bonded By Blood”, donde poco a poco iban dejando caer la grandeza y sencillez de los de San Francisco. Una pena la no presencia de Gary Holt, que actualmente esta trabajando con SLAYER, aunque fue perfectamente suplido por Kragen Lum de HEATHEN. Para ir encarrilando la recta final tres artefactos incendiarios, “War Is My Sheperd”, “The Toxic Waltz” y la increíble “Strike Of The Beast”. Obteniendo todas ellas una gran acogida. Grandes estos locos, que se despedían entre aplausos nostalgia en su rostro.
Ansiosos como agua en mayo, llegaba otro de los momentos más deseados por todos, la salida de TESTAMENT a rendir su merecido homenaje a sus primeros trabajos de estudio, “The Legacy”, “The New Orden” y “Practice What Your Preach”, aunque también hicieron algún guiño a otros álbumes. Su directo es apasionante, no defraudan ni por entrega ni por calidad musical.
A eso de las 10 las famosas estatuas colocadas a los lados con ojos rojos alumbraban intensamente para dar paso al primer puñetazo sobre la mesa “Over The Walk”, bajo un sonido que dejaba estupefacto por su nitidez y brutalidad, con Chuck Billy demoledor, más agresivo que en estudio. Sin respiro “The Haunting”, que no hacia más que confirmar que lo íbamos a gozar, con un Gene Hoglan contundente a la batería, junto a su inmenso bajista Steve DiGiorgio. Con “More Than Meets The Eye” uno de los temas más violentos y vistosos para el lucimiento de los músicos, que daba paso a un corte esperado y deseado “The Preacher”, demostrando que el grandullón de Billy es un monstruo sobre el escenario, sin parar de agitar la melena y animar al público que no para de cantar y saltar agitadamente. Punto y aparte fue la actuación de los dos hachas, tanto Alex Skolnick como el bajito Eric Peterson, dejando plasmada su calidad, marcando melodías bien conjuntadas.
La siguiente en caer, “The New Order” presentada por Billy a lo que respondió el público con el habitual griterío, un himno predilecto por la ovación recibida. Para ir encarando el parón habitual era el turno de “Into The Pit”, la poderosa “Practice What You Preach”, sin dejarse en el tintero otro cañonazo “Disciples Of The Watch”.
Incuestionablemente tenían que volver y así fue, “D.N.R (Do Not Resuscitate)” y “3 Days In Darkness”, sonaron insuperables para la triste despedida. Era un martes aunque para más de uno en su mente pensaría en sábado de verbena y descontrol.
Fotos y Texto: Marta y Dani