STRATOVARIUS resurge ...
A veces, bandas pequeñas, que están despegando, a las que muy pocos conocen y te traen de nuevo las sensaciones en el estómago más propias de la adolescencia, sensaciones que se van inevitablemente perdiendo con los años tras haber visto casi de todo sobre un escenario y, salvo en contadas ocasiones, un concierto no consigue sorprenderte de esa manera tal, que es como te gustaría pero siempre se puede destacar algo de lo vivido.
Para abrir la noche, DIVINE ASCENSION, una joven banda de Melbourne, que se podrían definir como metal progresivos con dos trabajos discográficos a sus espaldas. El último, “Liberator”, salió en Noviembre de 2014. Con la gran mayoría del público todavía en los aledaños de la Sala Santana, DIVINE ASCENSION aprovechaban su correspondiente tiempo con temas como “Stronger” o “Dawn Brings No Mercy”, perfectamente liderados por su frontwoman Jennifer Borg, intercalando eufóricos tonos altos con otros totalmente opuestos llegando casi al borde de la melancolía.
A eso de las 20:30, y con la intro “Infernus Ad Astra”, salían GLORYHAMMER dispuestos a dejarse la piel sobre el reducido espacio que les correspondía, ataviados con vestuario inter galáctica. Comenzaron con la rabiosa "Rise Of The Astral Hammer", corte extraído de su último plástico y con la que empezaron a caldear el ambiente, con un sonido muy bien ajustado, al igual que el juego de luces. Siguieron con "Hail To Crail", que enlazaron con "Angus Mc Fife", en la que su vocalista Thomas Winkler aprovechó para presentar al grupo entre aplausos de todos sus seguidores, entre los que había muchísimos jóvenes veinteañeros. La descarga continuó con "The Hollywood Hootsman" y "Goblin King Of The Darkstorm Galaxy", con la que levantaron gran interés entre el público por su entrega y desparpajo.
Volvieron al ataque con "Magic Dragon" mientras James Cartwright no paraba de agitar su melena. Había que relajar un poco el ambiente antes de despedirse con “The Unicorn Invasion Of Dundee”, que sonó potente al igual que sus predecesoras.
Tras otra media hora en la que lo único que se vio en el escenario fue a los técnicos, sustituyendo los instrumentos de una banda por otra, y la enorme lona de STRATOVARIUS que presidía el escenario detrás del kit de batería del joven Rolf Pilve.
Con las luces azules enfocando al suelo, aparecían STRATOVARIUS en el escenario cuando comenzaba el tema que abre último álbum “My Eternal Dream”, una verdadera bomba de potencia, ya no solo en el disco, sino también en directo, con la que el público rápidamente dirigió sus miradas al frente, entonando los primeros acordes. Sin respirar, “Eagleheart”, un clásico que nunca falla y engancha al respetable. Volviendo al sonido más power con “Against The Wind”, tema variado, con cambios de ritmo y continuos saltos, donde la guitarra de Matias Kupiainen adquiere más protagonismo, al igual que la voz de Timo Kotipelto. La banda robada plácidamente y volvían atrás en el tiempo de la mano de “S.O.S” que tranquilizó un tanto al personal, salvo en la recta final.
Tras un inicio de espectáculo sin respiro, llegaba el momento de lucimiento a Lauri Porra y su bajo, un solo muy talentoso, que daba paso a un corte del nuevo álbum, “Lost Without A Trace”. Con “Phoenix” y “Paradise”, la gente se volvió a meter de lleno en el concierto y se volcó con los temas, acompañando desde el inicio a ritmo de palmas y cantando cada nota de la canción.
Iban cayendo temas y el siguiente fue el espectacular ”The Lost Saga”, que cierra su último lanzamiento “Eternal”, dando otra vuelta al pasado con la fantástica “Black Diamond”, donde pudimos disfrutar de la magía que atesora en sus manos el teclista Jens Johansson, al igual que su compañero Matias Kupiainen, que nos demostró una vez más porque es un gran
corredor del mástil en un solo impresionante y a su vez endiablado mostrándonos su espectacular técnica. Músicos de este nivel rozan el perfeccionismo.
Algo mas a destacar, es la facilidad con la que el batería, Rolf Pilve se ha integrado musicalmente a la banda, lo seguro que se le aprecia tras su enorme kit de batería dejando todo el protagonismo al resto de miembros de la banda. Por cierto era su cumpleaños y sus compañeros sacaron una botella de champán y copas para brindar mientras el público le cantaba el Happy Birthday To You … ¡¡¡.
Llegaban los bises con la emotiva y solemne “Forever”, dándole paso a la efectiva, “Shine In The Dark” y finalizar con la top “Hunting Hign And Low”. Un cierre digno de un buen espectáculo, del cual diría que los presentes salieron satisfechos, y donde STRATOVARIUS demostró que esta superando todas las zancadillas que han ido apareciendo por el camino.
Texto y Fotos: Dani Diez